miércoles, 5 de marzo de 2014

Un legado

Aquí todos se enamoraban solamente una vez en la vida. Era parte de la historia, de la tradición. Sin embargo, eso cambió cuando Azucena llegó a la adolescencia. Ella fue mi amiga y yo creo por eso no se enamoró nunca de mi aunque sí lo hizo de la mayoría de los jóvenes del pueblo. Incluso de algunos señores. Decía que no lo poda evitar, como tampoco podía controlar los instantes y la regularidad de sus enamoramientos.

Entonces la gente comenzó a verla mal, con ojos críticos y negando con la cabeza, hasta el día en que uno de sus enamorados le dio a beber de una yerba que le dijeron haría se quedara solamente con él. La bebida le hizo mucho daño y Azucena murió. A partir de entonces  todos en el pueblo se permitieron enamorarse de otras personas, unas después de otras claro, pero siempre y cuando todo eso se hiciera con muchísimo cuidado. Claro que  no todos hicieron caso de esta última recomendación y en ocasiones todo se complicaba; a veces por un rato y solo para una persona, a veces para el resto de la vida y algunos otros más.

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