domingo, 12 de junio de 2011

La gran chapuza

Él y ella, ese y aquél, tú y ellos y yo mismo, reescribimos  con cada día una nota suicida, la perfeccionamos hasta encontrar la adecuada esperando que al final la vida no se convierta en una inmensa e ingrata chapuza. 

miércoles, 1 de junio de 2011

Play, replay.

Play.
Cuéntame la historia del azul, luego del amarillo y al final la del rojo. Pudre los temores que los pensamientos más internos hacen deambular entre las noches y enséñame a apreciar al automóvil, las cuentas bancarias y las peluquerías. No me hables de los arboles, a ellos medio los conozco porque ayer me contaron un fuego, uno que no ardió y nadie lo extrañó; perteneció a un libro imposible que hace días apenas se dejó leer. ¿Qué ves en mí que no me pertenece, qué anhelo más que el futuro de los recuerdos? Ignoro el todo porque me abruma y el desabasto de la memoria no me preocupa si la inconsciencia no me falla. Todo se lo debo a los clamores.
Replay 1.
Todo se lo debo a los clamores, ignoro el todo porque me abruma y el desabasto de la memoria no me preocupa si la inconsciencia no me falla. ¿Qué ves en mí que no me pertenece, qué anhelo más que el futuro de los recuerdos? No me hables de los arboles, a ellos medio los conozco porque ayer me contaron un fuego, uno que no ardió y nadie lo extrañó; perteneció a un libro imposible que hace días apenas se dejó leer: pudre los temores que los pensamientos más internos hacen deambular entre las noches y enséñame a apreciar al automóvil, las cuentas bancarias y las peluquerías; cuéntame la historia del azul, luego del amarillo y, al final, la del rojo.
Replay 2.
Ignoro el todo porque me abruma. Y el desabasto de la memoria no me preocupa si la inconsciencia no me falla. Pudre los temores que los pensamientos más internos hacen deambular entre las noches y enséñame a apreciar al automóvil, las cuentas bancarias y las peluquerías; cuéntame la historia del azul, luego del amarillo y al final la del rojo. No me hables de los arboles. A ellos medio los conozco porque ayer me contaron un fuego, uno que no ardió y nadie lo extrañó; perteneció a un libro imposible que hace días apenas se dejó leer. ¿Qué ves en mí que no me pertenece, qué anhelo más que el futuro de los recuerdos? Todo se lo debo a los clamores.
Replay 3.
Failed.