lunes, 31 de marzo de 2014

La primera sociedad anónima

Cierto día descubrieron, en las afueras del pueblo, un agujero en la tierra bastante grande. Sin embargo, eso no fue lo sorprendente; lo que sorprendió a todos fue que en ese agujero, decían, había una gran cantidad de monedas de oro. Esas monedas, continuaron, servirían para conseguir todas las cosas que se anhelaran. Por lo tanto, y de pronto, todos los ojos, todas las manos y todos los pasos se dirigieron hacia la dirección de aquel descampado. Pero cuando los más rápidos llegaron, se toparon con la sorpresa de que el señor Gobernador y uno de sus compadres habían llegado primero y éstos, lo único que dijeron fue: los que quieran trabajar podrán hacerlo, buscando y sacando más y más monedas,  más y más profundo.
Semanas después el agujero se llenó de tierra de nuevo, esta vez atrapando a quince hombres, cuatro niños, dos mujeres y un perro. Los desapareció para siempre y por completo. Sus familiares y algunos otros pusieron el grito en el cielo pero nadie pareció escucharles. Solamente el padre Juan de Dios los pudo consolar y reconfortar ofreciéndoles, a  todos los reclamantes, trabajo en el nuevo agujero que acababan de descubrir.
La diferencia es que ahora yo me asociaré con el señor Gobernador y su compadre para que todo salga bien, dijo. Y cuando le preguntaron por sus desaparecidos les contestó, para tranquilizarlos y convencerlos, que no pasaba nada, que polvo fuimos y al polvo siempre volvemos.
La mayoría comenzó a laborar el lunes siguiente.           

lunes, 24 de marzo de 2014

El drama surge de la vulnerabilidad de hombres vitales, tenaces, que ni son cautivos de la debilidad ni están hechos de piedra y que, casi inevitablemente, están abrumados por una visión moral borrosa, por culpabilidad real e imaginaria, lealtades contradictorias, deseos urgentes, anhelos incontrolables, amor inviable, por la pasión del culpable, el sueño erótico, la ira, la discordia interior, la traición, por pérdidas drásticas, vestigios de inocencia, ataques de amargura, enredos insanos, subestimaciones, una comprensión desbordada, temor prolongado, acusaciones falsas, lucha incesante, enfermedad, agotamiento, separación, locura, envejecimiento, agonía: hombres impávidos aturdidos por la vida ante la cual estamos indefensos.

Éste no es para nada un rinconcito tranquilo del mundo.


-Philip Roth.

domingo, 23 de marzo de 2014

El abrazo perdido

Una tarde, ya viudo, estaba viendo apagarse el día afuera de casa cuando de pronto llegó mi vecina Nemesia para darme un abrazo. Fue un abrazo rápido pero intenso por su parte, tanto que ni me di cuenta del momento en que me levanté de la mecedora para saludarla y únicamente recuerdo a partir de que ella me rodeó con sus brazos. Yo correspondí esa muestra de afecto, la verdad, sin embargo no dejó de sorprenderme por la repentina efusión de la mujer. Cuando nos separamos le pregunté con la mirada qué pasaba. Nada, respondió, es solo que me nació la sensación hace un rato de que traigo perdido un abrazo, yo creo por toda mi soledad. Y entonces la vi irse. A la mañana siguiente supe que lo mismo hizo con mi vecino y con el otro y con el otro y con el otro y así, hasta llegar a la salida del pueblo y luego seguir todo el camino seco abrazando a cada piedra con la que se encontraba.        

domingo, 16 de marzo de 2014

Bienvenido

Nadie nunca entendió porque sus padres le habían puesto Bienvenido. Y la verdad, él tampoco tuvo mucha inquietud por saberlo. Fue como si todos lo intuyéramos pero ninguno terminara por aceptarlo. De sus padres nunca salió un comentario al respecto y tal vez por ello tuvo una vida normal.
Con el paso del tiempo supusimos que la sorpresa se nos presentaría al momento de que Bienvenido muriera y decidimos, entre todos, vigilarlo siempre y en todo momento hasta que su muerte pasara. El acoso duró solamente un par de años; años en los que Bienvenido sufrió un cambio muy extraño. Comenzó a mirarnos con odio y en ese momento supimos que estaba a punto de suceder su final.

Todos queríamos ser testigos del momento para ver qué pasaba con Bienvenido cuando se marchara al mas allá; cuando se transformara, junto con su nombre, en alguien más; cuando, por decirlo así, dejara de ser Bienvenido.        

miércoles, 5 de marzo de 2014

Un legado

Aquí todos se enamoraban solamente una vez en la vida. Era parte de la historia, de la tradición. Sin embargo, eso cambió cuando Azucena llegó a la adolescencia. Ella fue mi amiga y yo creo por eso no se enamoró nunca de mi aunque sí lo hizo de la mayoría de los jóvenes del pueblo. Incluso de algunos señores. Decía que no lo poda evitar, como tampoco podía controlar los instantes y la regularidad de sus enamoramientos.

Entonces la gente comenzó a verla mal, con ojos críticos y negando con la cabeza, hasta el día en que uno de sus enamorados le dio a beber de una yerba que le dijeron haría se quedara solamente con él. La bebida le hizo mucho daño y Azucena murió. A partir de entonces  todos en el pueblo se permitieron enamorarse de otras personas, unas después de otras claro, pero siempre y cuando todo eso se hiciera con muchísimo cuidado. Claro que  no todos hicieron caso de esta última recomendación y en ocasiones todo se complicaba; a veces por un rato y solo para una persona, a veces para el resto de la vida y algunos otros más.