sábado, 17 de septiembre de 2011

Rompimos el silencio anoche para que nadie nos recuerde tristes, para que las luciérganas encontraran el camino de regreso y para no crearle un rostro a la soledad. Estuvimos en el campo y en el desierto; en el mar y sobre un témpano, pero en ningún momento sobre la cama. La música de fondo no era la realidad sino su contraparte. Alguien hurtó los gritos mas no las miradas y en cambio, nos regalaron susurros. A punto del desmayo me volví pero no encontré pasado y entonces, tranquilamente, cerré los ojos y comenzó el amanecer.

jueves, 28 de julio de 2011

Tuits de noticias, titulares y otros tuits:

En el lomo de la bestia y a toda velocidad, creemos llegar al lugar donde nacen nuestros sueños. Sin pensar en la masacre que el enemigo ha realizado ya.
Infanticidios, mutilaciones, desapariciones y orgias aparecen como lluvia con carga eléctrica. Los votos han perdido devotos y los atentados, sumado protagonistas.
Policías esconden  detalles; reos prostitutas y gobernantes miradas, pero en un muerto más hay mucho, mucho más por buscar.
Al final, las sociedades libres y democráticas no lo fueron nunca antes y nunca más. Y a pesar de saber que hay que combatir con la palabra y la razón
os perdemos en lamentaciones, indiferencias, telenovelas, Iphone´s o peinados para el día de la boda irreal.
Fin.

sábado, 16 de julio de 2011

Esavozesavozesavoz




Traías a Bjork en tu memoria de 40 Gb.  No lo habías mencionado pero siempre lo sospeché.  “Afuera de tu casa las caguamas me saben bien”, dijiste el fin de semana pasado; y en éste, después de cenar y medio coger dentro de tu coche, comenzamos, otra vez, a pistear. Lo de siempre son las pláticas y las nuestras  jamás nos aburren, será que siempre hablamos de lo mismo pero de diferente forma y a veces hasta con algunos besos. La literatura y la música son la base, pero en medio hay una variedad tan vasta como la vista. Por cierto, en el cielo había nubes tras las que se escondía la luna, ya sabes, como en una novela mágico-misteriosa. Te acuerdas ¿no? El alcohol empezó a trasladarme y traté de enseñarte canciones “rudas”, pero tú traías un as bajo la manga y de pronto sonó “human behaviour”,  luego otra y luego otra y entonces me desbaraté. Noche casi Glin-Gló, de sobrevolarnos casi entre las nubes esas, like someone in love.

-        - -Si yo fuera mujer me haría lesbiana sólo por ella.
-         -- Yo me podría volver heterosexual.

domingo, 12 de junio de 2011

La gran chapuza

Él y ella, ese y aquél, tú y ellos y yo mismo, reescribimos  con cada día una nota suicida, la perfeccionamos hasta encontrar la adecuada esperando que al final la vida no se convierta en una inmensa e ingrata chapuza. 

miércoles, 1 de junio de 2011

Play, replay.

Play.
Cuéntame la historia del azul, luego del amarillo y al final la del rojo. Pudre los temores que los pensamientos más internos hacen deambular entre las noches y enséñame a apreciar al automóvil, las cuentas bancarias y las peluquerías. No me hables de los arboles, a ellos medio los conozco porque ayer me contaron un fuego, uno que no ardió y nadie lo extrañó; perteneció a un libro imposible que hace días apenas se dejó leer. ¿Qué ves en mí que no me pertenece, qué anhelo más que el futuro de los recuerdos? Ignoro el todo porque me abruma y el desabasto de la memoria no me preocupa si la inconsciencia no me falla. Todo se lo debo a los clamores.
Replay 1.
Todo se lo debo a los clamores, ignoro el todo porque me abruma y el desabasto de la memoria no me preocupa si la inconsciencia no me falla. ¿Qué ves en mí que no me pertenece, qué anhelo más que el futuro de los recuerdos? No me hables de los arboles, a ellos medio los conozco porque ayer me contaron un fuego, uno que no ardió y nadie lo extrañó; perteneció a un libro imposible que hace días apenas se dejó leer: pudre los temores que los pensamientos más internos hacen deambular entre las noches y enséñame a apreciar al automóvil, las cuentas bancarias y las peluquerías; cuéntame la historia del azul, luego del amarillo y, al final, la del rojo.
Replay 2.
Ignoro el todo porque me abruma. Y el desabasto de la memoria no me preocupa si la inconsciencia no me falla. Pudre los temores que los pensamientos más internos hacen deambular entre las noches y enséñame a apreciar al automóvil, las cuentas bancarias y las peluquerías; cuéntame la historia del azul, luego del amarillo y al final la del rojo. No me hables de los arboles. A ellos medio los conozco porque ayer me contaron un fuego, uno que no ardió y nadie lo extrañó; perteneció a un libro imposible que hace días apenas se dejó leer. ¿Qué ves en mí que no me pertenece, qué anhelo más que el futuro de los recuerdos? Todo se lo debo a los clamores.
Replay 3.
Failed.

martes, 31 de mayo de 2011

¿El arte imita la existencia o al revés?



Murió a los 94 y yo apenas iba en la mitad de su vida. Había leído La casa del miedo y memorias de Abajo, también El séptimo caballo y otros cuentos. Sin embargo tengo una rara concepción de las cosas desde que escuché su nombre. Elena Poniatowska me acercó a su vida pero más que nada, la lectura de Leonora me hace preguntar ¿qué nos hace el tiempo, a nosotros los mortales? ¿Qué nos hace la vida? Como dijo ella por esas páginas que me cuesta trabajo no concebir como realidad: las cosas sólo nos suceden y entonces me deslumbra que existan personas que crecen  de manera descomunal a pesar del encogimiento de su cuerpo. Su infancia, su juventud, su vida con Max e incluso su vejez me intrigaron demasiado (desdeño un poquito a  la vejez, no a los ancianos), sin embargo, creo que su descenso y regreso de la locura es el imán que me ampara junto a Foucault. Algo más está claro, nadie nos enseña a morir y la satisfacción es la salvación.
Leonora retoma la unión de los “inquietos” como un grupo en el que resaltan las afinidades. Los surrealistas me recordaron, distancias guardadas, a la generación beat. No obstante aquellos se manejaban en otras dimensiones, otras esferas donde el dinero cobra mucha importancia y donde se reafirma la idea de que el arte no es para cualquier hijo de vecino (Tryno Maldonado dixit).  Y más allá de Max Ernst, Bretón o Duchamp me quedo con Leonora (aunque cobijada por el apoyo de su madre) por infinitas razones que no pondré aquí para no aburrir. Ah, también con Remedios Varo (entre otras cosas, por su extraordinario nombre).
En cuanto a la señora Pniatowska debo decir que no la he leído, pero con Leonora tiene un acierto, a pesar de que la novela parezca una serie de hechos recogidos aquí y allá (lo que tiene su merito, nadie lo niega).
Si ahora que conoció su muerte galopa sobre el viento y se alimenta de rizosdemiralda seguro es por la alquimia. El sentimentalismo me quiere ganar pero yo más bien quiero pintar (aunque no sé), leer o escribir.  


lunes, 30 de mayo de 2011

Perecedero

El juego mental que ya no divierte
convierte el mañana en pasado,
cuando soñé afilar las garras de la furia
y me crecieron rencores inacabados por el olvido.

Ahora deconstruyo el presente
mientras creo conservar en algún lado,
envasada al vacío,
junto aquel pentagrama,
una esperanza vigilada por mil ojos que la sobrevuelan
desde el perímetro de un foco que,
desdeñoso, irradia una luz amarillo
macilento.

Lo lento era el tiempo
y podíamos intuir,
pero las adivinanzas
se rebelaron y nos huyeron;
engañados y con las orbitas desmedidas
ya no es posible preguntar para qué,
ya no es aliciente
si de repente encontramos mil años detrás inconformes
malgastados y desteñidos
entre imágenes borrosas
y bochornos estridentes de vergüenza
y arrepentimiento.

viernes, 27 de mayo de 2011

Dos mil estigmas.

El cordero marcha ilusionado,
imaginando una bendición tan falaz
como tus ojos sin tiempo;
igual que yo cuando confío
en tu aliento iluminado
y me arrastro hacia el mutismo del ayer,
cuando no saciamos el fervor
y la fe se perdió entre los escombros,
en las tristezas de la lluvia imaginada.

La culpa de esconder la noche
aflora en el instinto y
al derretirme sobre el lecho del misterio.

¿Ahora quién lanzará la primera estrella
si no has defendido tus pecados
con el salvajismo necesario de tus dientes
y con la irracionalidad del corazón
me niegas el descaro primitivo
de tu sexo inmisericorde y altivo?

En la atalaya del sacrificio
el resto de mi carne nunca inmaculada,
ya sin dolor justificado
ya sin hipócrita redención
ya sin ansias invencibles
ya sin la verdad de sueños falsos.

200 años de infinita duda
decoran la estancia de la desolación,
el versículo no ha sido terminado
y sobre tu pecho descansa lo que pude haber sido
mientras creo que el cordero no fui yo
ni que el verdugo has sido tú

Nuestra alianza ahora deshecha, violentada
por el capricho inquieto de un traidor:
tu cuerpo y el final de todos los felices días.

La oscuridad cubre el corazón de los profetas,
los infinitos tiempos repetidos pasan frente a mí
y yo,
en desafiante, obsoleta espera.

El sueño del homicida consumado.

Sun Wu Ma solía soñar sin satisfacciones, así que por las mañanas sus ojos eran la desesperación nocturna y la esperanza muda de una revolución; como alimañas en espera de su presa menor. Para bien del mal, cierta noche soñó que leía, leía, leía y leía el cuento de nunca acabar, lo que detonó su histeria y por la mañana, se levantó de su cama con un salto mortal y tomó la decisión de sacar a su pueblo, El Reino Combatiente, de la modorra pacifica en la que se encontraba perdido. Al mediodía, mientras el sol gemía taciturno como la nada, se dirigió al mercado de La Mortificación, en el centro del reino, y compró tres kilogramos de agallas. Durante esa tarde y veintitrés noches completas redactó el manual del perfecto homicida; el que mata sin armas, casi con el puro deleite. Lo redactó en un nuevo tiempo, el pasado-futuro perfecto y una vez que lo terminó corrigió la poca presencia del odio y en la segunda emigró a la ficción. Un siglo después regresó y las cosas seguían igual, no había un antihéroe consumado, nadie había soñado ni sus sueños ni su esencia. Por eso se volvió, a continuar rumiando falsas esperanzas en lo etéreo.

sábado, 16 de abril de 2011

Apocalíptico y Surrealista

Anoche vi nevar
fragmentos de asesinato y me desvanecí
en el recuerdo ingrato donde los perros
defendían con horror todos nuestros sueños.
Me vi observado
por un microbio ciego
y entre los lamentos risueños de Ego
jugué con el inexistente Qué.
Vi el ruido sucumbir
y a la muñequita horrorosa
sangrar banderas endiabladas por doquier,
porque sí.
Gemían los días absolviéndose
casta pero arduamente porque Ayer
regó al idiota con altivez
                                            …otra vez.
Antes vació los sueños,
las hormigas caminaron por el techo des-caradas,
Olvido se perdió mañana
y lo mismo ya no fue distinto
pero Cómo
alteró la circularidad
poniendo en play a Krafty,
casi siempre llegando al casi
y ya casi al principio
al menos hacia atrás
pretendí soñar.