Hubo siete días en los que el pueblo solo hablaba de recuerdos. Única
y exclusivamente de recuerdos. “Me acuerdo, te acuerdas, nos acordamos” y así
durante una semana completa. Nadie lo podía controlar, era como si el pasado se
vengara de nosotros haciéndonos creer que después de todo vendría un porvenir.
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