domingo, 10 de noviembre de 2013

Las ambulancias no me sirven
lo que tengo en el estómago
no es veneno
y tampoco lo que deja el desamor:
es la certeza de que ya nada será igual
a todo lo que he conocido sobre mí.

He vivido un amor irreparable.

Y a veces lamento
que la pericia del suicidio se haya marchado
entre los ideales de mi juventud
y solamente puedo
extender los ojos para imaginar
que la infancia vuelve perdurable
sin constreñimientos.  

Pero el niño que pregunta
hace mucho que perdió sus inquietudes.

Ahora soy el hombre
al que las respuestas le llegaron solas
y además le sorprendieron
mirando hacia otro lado
esperando la esperanza
en dirección equivocada.

No hay una gota de arrepentimiento
no
pues en tus brazos habrá lo que le sigue
al amor y en los míos
ataduras que me darán otro tipo

de felicidad.     

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